snowden assange
Autor: Gaspar Montero
Fecha de publicación: noviembre 2, 2016

En los últimos años se han hecho tremendamente famosos dos nombres de personajes considerados héroes por unos y villanos por otros, en lo que se podría considerar la versión moderna del espionaje y la caza de brujas que tuvieron lugar durante los años de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la URSS, con más misterio que las barcelona escorts.

Lo más moderno en este caso no es simplemente la época en la que vivimos, donde se disfruta con barcelona escort, sino también los medios que han utilizado para llevar a cabo sus actividades: los ordenadores, puesto que ambos son grandes expertos en seguridad informática.

¿Por qué se esconden?

Pero… ¿qué es lo que han hecho estos hombres que viven escondidos y con asilo político para merecer la atención del mundo entero, la creación de películas y libros en torno a sus figuras y su historia y el odio de determinadas autoridades?

Principalmente y de forma simplista lo que han hecho es revelar secretos sobre el gobierno de los Estados Unidos, que parece haber olvidado la Primera Enmienda de la Constitución, hecha en 1791, que entre otras cosas establece la libertad de opinión y prensa.

Aun así, la opinión que tienen de él los medios estadounidenses es bastante distinta: Edward Snowden, que trabajaba para la CIA, hizo pública información clasificada de la NSA (National Security Agency), que puso en conocimiento público programas de vigilancia global de la agencia que también salpicaban a varios gobiernos europeos.

Fue, pues, una fuente de información primaria que contactó con varios medios de comunicación para denunciar los hechos que había descubierto, y actualmente vive exiliado en Rusia tras haber huido de Hawái cuando el gobierno de los Estados Unidos lo acusó de violar la ley de espionaje de 1917 y robar propiedad gubernamental.

Sus acciones son consideradas valientes, necesarias y patriotas por algunos, mientras que otros lo consideran un espía y un traidor a su país.

Sin embargo, el caso del australiano Julian Assange es algo diferente: él es programador y periodista, y editor jefe de la web WikiLeaks, que desde 2006 se dedica a difundir información secreta y otras filtraciones de varios ámbitos.

Obviamente llamó la atención de las autoridades y especialmente con la filtración de documentos diplomáticos de 2010 WikiLeaks y su máximo responsable pasaron a ser objeto de investigación criminal. Assange, que empezó como hacker en 1987 y fue condenado en 1994 a pagar una multa con la que evitó la cárcel, volvió a tener problemas con la justicia, esta vez sueca, también en 2010: se le acusaba de agresiones sexuales a dos mujeres, y desde 2012 vive en la embajada ecuatoriana de Londres como asilado.

Tiene detractores que piden su enjuiciamiento e incluso su ejecución, pero también defensores en distintos estamentos de las sociedades de varios países del mundo, desde políticos de primera línea hasta embajadores, celebridades y organizaciones que le han dado premios por su labor divulgativa y de denuncia de los métodos que él considera autoritarios y corruptos en el gobierno de los Estados Unidos.

Snowden y Assange, que actualmente viven escondidos pero colaboran de distintas formas, son sin duda figuras polémicas que se convierten en héroes o villanos según el espectro ideológico desde el que es los analice.